Evaluar las comorbilidades en individuos con diabetes es crucial para garantizar una gestión integral y efectiva de la atención médica. Las comorbilidades se refieren a la presencia de condiciones de salud adicionales junto con la diabetes, las cuales pueden impactar significativamente en la salud general y el bienestar de una persona. Comprender la importancia de evaluar las comorbilidades es esencial para que los individuos con diabetes reciban un cuidado personalizado e integral que aborde sus necesidades de salud únicas.
En primer lugar, evaluar las comorbilidades permite a los proveedores de salud identificar y monitorear condiciones que comúnmente coexisten con la diabetes. Se sabe que la diabetes aumenta el riesgo de desarrollar varias comorbilidades, como enfermedades cardiovasculares, enfermedad renal y neuropatía. Al realizar evaluaciones exhaustivas, los profesionales de la salud pueden detectar estas condiciones temprano, implementar intervenciones apropiadas y prevenir posibles complicaciones.
Además, evaluar las comorbilidades ayuda a los proveedores de atención médica a personalizar los planes de tratamiento para abordar las necesidades específicas de los individuos con diabetes. Cada comorbilidad puede requerir un enfoque diferente para su manejo, incluyendo ajustes de medicamentos, modificaciones del estilo de vida y atención especializada. Al entender el alcance completo del estado de salud de una persona, los equipos de atención médica pueden desarrollar planes de cuidado integrales que apunten tanto a la diabetes como a sus condiciones asociadas.
La evaluación de comorbilidades también juega un papel vital en la promoción del cuidado preventivo y el mantenimiento de la salud. Los individuos con diabetes tienen un mayor riesgo de ciertas comorbilidades, como enfermedades oculares, complicaciones en los pies y trastornos de salud mental. Las evaluaciones y exámenes regulares permiten la detección temprana de estos problemas, lo que permite intervenciones oportunas para prevenir la progresión y mejorar los resultados.
Además, abordar las comorbilidades puede mejorar la calidad de vida general de los individuos con diabetes. Manejar múltiples condiciones de salud simultáneamente puede ser desafiante y puede impactar varios aspectos de la vida diaria. Al evaluar y manejar proactivamente las comorbilidades, los proveedores de atención médica pueden ayudar a los individuos a mantener una salud óptima, funcionalidad y bienestar, mejorando en última instancia su calidad de vida.
Evaluar las comorbilidades también respalda un enfoque holístico de la atención médica que considera la interconexión de varios factores de salud. Las condiciones de salud no existen en aislamiento, y manejar una condición puede tener implicaciones para otras. Al adoptar una visión integral del estado de salud de una persona, los equipos de atención médica pueden coordinar mejor la atención, abordar posibles interacciones entre condiciones y promover la salud y el bienestar general.
En conclusión, evaluar las comorbilidades es esencial para que los individuos con diabetes reciban una atención médica integral, personalizada y efectiva. Al identificar y abordar condiciones de salud adicionales, los proveedores de atención médica pueden mejorar los resultados, prevenir complicaciones, mejorar la calidad de vida y promover el bienestar holístico. A través de la evaluación y el manejo proactivo de las comorbilidades, los individuos con diabetes pueden lograr mejores resultados de salud y disfrutar de una calidad de vida más alta.
La gracia del barbero es sacar la patilla de donde no hay pelo.
Desconfía de barbero viejo y cirujano joven.
El buen cirujano corta por lo sano.
Hacen falta 3 meses para aprender a hacer una operación, 3 años para saber cuándo hacerla y 30 años para saber cuándo no hacerla.
De la sabiduría popular y personal.
Portada de La bacina de D. Quijote.
Las barberías, peluquerías y salones de belleza tienen mucho de confesionario, de patio de vecinos, de sala de espera de médico, vamos, de lugar de tertulia. En ellas se tienen variadas conversaciones procedentes de profesionales muy diversos, al punto que hay quien las ha incluido entre las universidades populares. Un buen barbero sabe hablar de todo tipo de conversaciones y temas donde puede dar desarrollo a su psicología innata o adquirida en su local. Especial cuidado debe tener, convirtiéndose en moderador que no toma partido, cuando surgen temas de política, religión o futbol; en este último caso sabio será si se muestra seguidor de la selección nacional, sin ocurrírsele confesar su equipo particular. La barbería es muy distinta con un solo cliente a con muchos esperando, oyendo y opinando. En el primer caso tiene mucho de sala de psicoanalista y en el segundo de cenáculo. Lástima de que, con las citas previas, tan desarrolladas desde la pandemia, el grupo de espera, cuando lo hay, sea cada vez más reducido.
Barbería moderna
Parece ser que el origen de los barberos se remonta a la edad del bronce, es decir, hace más de 3.500 años. Luego, los faraones egipcios y las altas jerarquías de esta civilización acostumbraban a afeitarse el cuerpo, para lo que mejoraron el material y el método, quedándonos el nombre de Meryma’at como el del primer barbero que pasó a la historia.
En la Grecia clásica se aprovechaban las reuniones filosóficas y políticas para arreglarse el cabello y la barba. En la Roma antigua se recoge que un tal Ticinius fue el precursor de los barberos. Entonces se les llamaba “tonsores” y a las barberías tonstrinae”. De ahí deriva el término “tonsura” que es el corte de pelo circular con eje en la coronilla, que la Iglesia Católica practica desde la Edad Media a los clérigos para significar que están entregados a la misma. Fue abandonada por orden papal muy recientemente, en 1972.
En la Edad Media se centra en los monjes y sus monasterios el saber y hacer al respecto, hasta que el Papa Alejandro III les prohibió a los clérigos, en 1163 las operaciones quirúrgicas, que pasaron a los barberos por su disponibilidad y habituación al material cortante, naciendo así los barberos-cirujanos que practicaban extracciones dentarias, sangrías, reducciones de fracturas, curas de heridas y amputaciones. Esta dualidad barbero/cirujano duró hasta los albores del Renacimiento.
A mitad del siglo XV el Parlamento Británico separó las funciones del barbero de las del cirujano. Por esos tiempos surgieron los postes giratorios de cirujanos con los que se anunciaban, siendo las cintas blancas y rojas las correspondientes a vendas limpias y a vendas manchadas de sangre, a los que daba vueltas el viento. Los barberos le añadieron a su poste el color azul, como distinción de los anteriores y recuerdo de sus primitivas funciones, aunque no está del todo claro la incorporación de la banda azul, pero es así como llegamos al actual poste tricolor iluminado de barbero.
Barbería antigua.
Tras la separación de los barberos, los cirujanos comenzaron a desarrollarse profesional y académicamente a partir del Renacimiento. Paracelso, médico, cirujano y astrónomo, comenzó a dignificar la cirugía ejerciéndola en su época, los siglos XV y XVI, y rechazando así que fuera una actividad relegada a barberos que no debían ejercer los médicos. Andrea Vesalio es otro autor de referencia de esa época, sobre todo como anatómico; entonces aún andaban muy mezcladas las cátedras de Anatomía y Cirugía, dada la interacción entre ambas disciplinas. Así tenemos a Andrés Laguna, catedrático de anatomía de Madrid y cirujano de Carlos V.
A partir de ahí las disposiciones Reales las van separando, sobre todo por las necesidades militares: Las grandes armadas imperiales (británica y española) demandaban para sus travesías cirujanos expertos y las guerras en tierra hacían otro tanto. Felipe II dispone en 1594 que se dote a la Universidad de Alcalá de Henares de una cátedra de Cirugía y que las Armadas dispongan de médico y de cirujano.
En el siglo XVII se fundan las Academias de Medicina y Cirugía, siendo la primera la de Sevilla que lo hace en 1697. En esa época Sevilla viene siendo prácticamente la capital del mundo, como puerto que envía y recibe naves y mercancías de y para todo ese Imperio en el que no se ponía el sol.
Cirujanos Virgili y Fabré, del s. XVIII.
A continuación, en el s. XVIII surge el Cuerpo de Cirujanos de la Armada, de manos de Juan Lacomba, en 1728. Y se crean los Colegios de Cirujanos, siendo el primero el de Cádiz, pues es ahora el de mayor tráfico con el Imperio de Ultramar. Y es el catalán de Reus, Pedro Virgili, el que lo hace realidad en 1748. A continuación, se crea el de Barcelona en 1762, a donde se traslada un Pedro Virgili a punto de jubilarse, al que ayudan Pero Perchet, cirujano del Rey y el joven Antonio Gimbernat. Luego se crea el Colegio de Cirujanos de Madrid en 1779 de la mano del catedrático catalán Pedro Castelló y Ginesta quien consigue la construcción del edificio de San Carlos en Atocha, que luego es Facultad de Medicina hasta la creación de la Ciudad Universitaria, y ahora Museo Reina Sofía.
El Profesor Castelló fue también el inductor del Cuerpo de Sanidad Militar, de la Corporación de Balnearios y sobre todo de la unificación de los estudios de medicina y cirugía, en 1827 en tiempos de Fernando VII, quizás lo único bueno que firmó este lamentable rey.
Cirujanos anestesista y enfermeras del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, en el s. XXI.
A continuación, la formación de cirujanos en especial y de los médicos en general la pueden consultar en la cita documental no 5 de la que les extraigo estos párrafos:
…Esta forma de aprendizaje se inició EE. UU. En el Hospital Johns Hopkins (Baltimore) a finales del siglo XIX y se incorporó en España en la década de los años 60 del siglo XX a través de un grupo de médicos españoles, que tras especializarse en EE. UU. impulsaron una formación reglada en determinados hospitales. Estos hospitales, constituidos enel «seminario de hospitales», surgieron como punta de lanza del hospital moderno (servicios jerarquizados, servicios de diagnóstico centrales, archivo de historias clínicas, biblioteca, etc.). El Hospital General de Asturias (Oviedo) en 1963 (hoy cerrado y trasladado al nuevo Hospital Universitario Central de Asturias) y la primitiva Clínica Puerta de Hierro (Madrid) en 1964 fueron los primeros hospitales en iniciar el sistema MIR en España…
Pero volvamos a donde empezamos. La formación moderna de los barberos podríamos decir que también nace en Estados Unidos, y concretamente en el Chicago de 1924: La Associated Master Barbers of America (AMBA) le da el impulso necesario a la profesión para hacer de la primera mitad del siglo XX su época dorada. Los aspirantes a barberos aprendían a usar las pinzas, los peines y cepillos, la tijera la navaja, las maquinillas de pelar y afeitar, el bigudí, el secador y la paletina (brocha) para el tinte; también se instruían en alisar el pelo, realzarlo o rebajarlo, rizarlo, cardarlo, moldearlo, enrularlo; aprendían también depilar, a hacer la manicura, a crear mechas y a sacar brillos y reflejos…
Así, las barberías se convirtieron en locales de enseñanza de la profesión y en lugares de ocio. En la actualidad, es una profesión en auge que va mucho más allá del cuidado del pelo y de la barba, ocupándose de la estética y el bienestar masculinos de forma amplia: tratamientos de belleza, estilismo, servicios de spa, etc. Por su parte, la incorporación de la tecnología ha revolucionado las posibilidades de esta profesión con raíces tan antiguas.
Cúpula-Linterna de los hospitales: Rememora su primitiva función de ser el lugar donde se ubicaban los quirófanos en el siglo XIX hasta que se aplicó la iluminación eléctrica y la anestesia (por luminosidad y para disipar los chillidos de los operados sin anestesia de la época).
El estigma de la obesidad, arraigado en prejuicios y conceptos erróneos sociales, puede impactar significativamente la vida de las personas afectadas por esta enfermedad. Se manifiesta en diversas formas, desde discriminación sutil hasta prejuicios abiertos, y puede implicar múltiples aspectos de la vida diaria, incluidos el cuidado de la salud, la educación, el empleo y las relaciones personales. Este estigma no solo agrava la carga psicológica enfrentada por las personas que luchan con la gestión del peso, sino que también crea barreras para acceder a servicios de salud primarios y sus recursos.
Como médicos, al reconocer el sesgo y estigma enfrentado por las personas con obesidad, debemos incluir en nuestro panel de acción fomentar la empatía, la comprensión y la inclusión dentro de los sistemas de salud y la sociedad en general. Además de enfatizar la necesidad de combatir la discriminación y promover una atención integral para las personas afectadas por la obesidad, reconociendo que abordar el sesgo del estigma es esencial para lograr resultados de salud equitativos.
Actualmente y a pesar de ser un problema de salud pública, existen disparidades en la financiación de la investigación de la obesidad y la diabetes tipo 2, destacando la urgente necesidad de una mayor inversión en investigación para mejorar el impacto social de estas condiciones, por lo que debemos abogar por una distribución más equitativa de recursos y un mayor apoyo para la investigación y la innovación en el campo de la gestión de la obesidad.
En los niveles primarios de atención medica, debemos instruir a los médicos encargados sobre la importancia de la Obesidad como enfermedad crónica que se expresa como otras enfermedades, como lo son la resistencia a la insulina, diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, cardiopatías, hígado graso, dislipidemias, que son consecuencia de la adiposidad y la inflamación crónica.
Por lo tanto, debemos priorizar la eliminación del sesgo y estigma de peso, abogar por una financiación equitativa de la investigación y promover esfuerzos colaborativos entre los diversos sectores para un enfoque más inclusivo, informado y efectivo para manejar la obesidad y mejorar la vida de las personas afectadas en todo el mundo.
Eduardo, de 43 años, pesaba 227 kilos y padecía de artrosis bilateral de cadenas. Pero con su peso no podían operarlo. Estaba en silla de ruedas y para ponerse de pie, necesitaba muletas. Tenía que hacer algo si no quería morir. Él vive en Linares y oyó hablar de un centro en Granada que operaba a los muy obesos. Había visto por televisión el caso de Teo, un valenciano que, debido a su enorme peso, tuvieron que transportarlo en un camión de mudanzas al hospital para ser operado. Y el caso de Juan Manuel, un chico de 20 años, que, pesando más de 300 kilos, se encontraba atrapado en el segundo piso en el que vivía, al no poder subir las escaleras que le separaban de la calle. A esos dos pacientes los había operado el doctor Carlos Ballesta. Y a él se encomendó. “Conocí la noticia de Teo cuando se operó en Granada, con el peso tan importante que tenía y la Seguridad Social no quería operarlo. Consulté con otros especialistas de Granada, que me indicaron colocarme un balón intragástrico para perder peso y después hacerme una manga, pero no me dieron confianza y decidí acudir al Centro Laparoscópico del doctor Ballesta. De inmediato entendí que era aquí donde tenía que operarme por la seguridad y experiencia”, dice Eduardo.
Desde los 37 años era pensionista con invalidez absoluta. No podía andar, ni trabajar. Tomaba hasta ocho pastillas de Tramadol al día por los dolores articulares. Después de ser operado y haber perdido más de cien kilos, su vida ha cambiado por completo. “Ahora tengo autonomía propia, no necesito la silla de ruedas ni las muletas. Me ha mejorado la autoestima y mi estado psicológico. ¡Ahora puedo salir y socializar! ¿Usted sabes lo que significa eso?”, dice emocionado.
Otro caso. Mari Carmen, de 59 años, que vino a Granada hace tres años para solucionar su problema. Pesaba 144 kilos, y tenía diabetes con niveles de azúcar de 460 mg/dl. Necesitaba insulina tres veces al día y tomar hasta 15 pastillas diarias. “Oí hablar a un vecino de que en Granada había un centro que podía tratar mi problema. Yo padecía fibromialgias, dolores articulares, diabetes incontrolable y un ictus durante la pandemia, que a punto estuve de morirme, además de una obesidad que me impedía llevar una vida normal”.
Tras su operación, ha perdido casi la mitad de kilos y su nivel de glucosa se ha reducido a valores de 70 mg/dl. Y lo que es más importantes: ya no tiene necesitad de insulina y sus analíticas están perfectas. “Ahora mi vida es perfecta. Salgo y me relaciono con los amigos y familia, que antes no podía. Se me ha curado la diabetes y la tensión. No tomo ningún tipo de medicación, de quince pastillas y pinchazos diarios, he pasado a tomar solo una pastilla para la fibromialgia”.
Queremos compartir con todos ustedes un emocionante resumen en video de las actividades que hemos llevado a cabo en nuestro Centro Laparoscópico Dr. Ballesta durante el año 2023.
Estamos comprometidos con la excelencia en todos los aspectos de nuestra práctica, y aquí les presentamos un vistazo a lo que hemos logrado:
Durante este período, hemos llevado a cabo una amplia variedad de procedimientos quirúrgicos, desde intervenciones rutinarias hasta cirugías más especializadas. Nuestro compromiso con la seguridad del paciente y la calidad de la atención ha sido primordial en cada paso del camino. Además, hemos incorporado tecnologías de vanguardia para mejorar la precisión y eficacia en nuestras intervenciones.
Hemos sido partícipes activos en congresos nacionales e internacionales, donde hemos compartido nuestras experiencias, aprendizajes y descubrimientos con la comunidad médica global. La participación en estos eventos nos permite mantenernos conectados con las últimas tendencias y establecer vínculos valiosos con colegas de todo el mundo.
Estamos emocionados por los logros alcanzados y comprometidos con nuestra misión de proporcionar atención médica excepcional y promover el avance continuo en el campo de la cirugía. ¡Gracias por ser parte de nuestro viaje y esperamos seguir compartiendo más emocionantes noticias y avances en el futuro cercano!
Muy sencillo. Si usted introduce los datos que le pide nuestra báscula, verá que según el resultado de su Índice de Masa Corporal (IMC) se le aconsejará alguna acción al respeto; desde una dieta equilibrada hasta consejos de tipo médico si su resultado entra en el margen de la obesidad.
Sea cual sea el diagnóstico, en estas páginas encontrará consejos médicos para mejorar o corregir su peso en el caso de que tenga obesidad. ¡Pruébelo!
Situación de su resultado
en la curva de IMC
Cirugía
Cirugía Opcional
Tratamiento Endocrino
Tratamiento Dieta
Ninguna Dieta – IMC: 0
Resultado menor de 25
Por el resultado obtenido del cálculo de su altura y peso, Vd. se encuentra en una franja en la que no necesita hacer ningún tipo de dieta ni cuidados.
La práctica de una vida sana y activa le mantendrá en estos límites.
Por el resultado obtenido del cálculo de su altura y peso, Vd. se encuentra en una franja en la que se tendría que plantear, si no lo ha hecho ya, realizar una dieta acompañada de ejercicio físico.
En el resultado se indica que posiblemente ya tenga problemas como dolores articulares, de carácter psicológico, cansancio, transtornos del sueño y algunas dificultades en su vida normal. Estos mejorarán si pierde peso.
Cualquier consejo o medicación que pueda necesitar para acompañar la dieta tendrá que ser indicada por un especialista en endocrinología.
Por el resultado obtenido del cálculo de su altura y peso, Vd. se encuentra en una franja en la que se tendría que plantear, si no lo ha hecho ya, realizar una dieta acompañada de medicación.
Por el resultado se indica que posiblemente ya tenga problemas como dolores articulares, hipertensión arterial, diabetes, transtornos cardiovasculares, problemas psicológicos, cansancio, transtornos del sueño y algunas dificultades en su vida normal.
La medicación que pueda necesitar para acompañar la dieta tendrá que ser indicada por un especialista en endocrinología. Si el índice es superior a 35 y/o está asociada a alguna de las enfermedades descritas con anterioridad, las dietas fracasarán y debe realizarse cirurgía laparoscópica.
Por el resultado obtenido del cálculo de su altura y peso, Vd. se encuentra en una franja en la que posiblemente ha realizado múltiples tratamientos endocrinos, con bajadas y subidas de peso, cada vez más difíciles de controlar.
Si su peso ha sobrepasado los 100 Kg y/o tiene enfermedades asociadas (hipertensión, diabetes, artrosis o dolores articulares, transtornos del sueño o relación social), la mejor opción es la cirugía laparoscópica.
Ésta permite reducir el estómago de tamaño desapareciendo el hambre sin cicatrices ni dolor y abandonando la clínica a las 48 horas. Para conocer en profundidad el tema haga click sobre “soluciones”.
Los riesgos de mortalidad que comporta su obesidad junto a las enfermedades, molestias y limitaciones que Ud. ya padece son más peligrosas para su vida que qualquier tipo de cirugía.
La cirugía de la obesidad ha evolucinado mucho en los últimos años, habiendo varios tipos y procedimientos que Ud. conocerá en profundidad mirando las “soluciones”.
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