La litiasis biliar o piedras en la vesícula, es una de las más frecuentes enfermedades que padece el ser humano; y por sus características puede producir las más graves complicaciones, muchas de las cuales conducen a la muerte del paciente.
También es cierto que algunos de los procedimientos que se utilizan para tratarla no son inocuos y tienen sus riesgos.
Por todo ello, intentaremos analizar aquí cuando se ha de operar una persona que tiene piedras en la vesícula.
La primera pregunta que tiene que realizarse la persona que padece esta patología es: ¿Es suficiente la ecografía abdominal para diagnosticar las piedras de la vesícula?
La respuesta es SÍ. Constituye la prueba de primera elección ante la sospecha clínica de colelitiasis, pero no es suficiente para indicar la cirugía. Antes de operar es obligado realizar una analítica en la que la bilirrubina y las pruebas de función hepática nos permitirán conocer y sospechar el grado de inflamación de la vesícula biliar, hígado, páncreas y si existen también piedras en el colédoco o conducto de la bilis.
En este último caso, la realización de pruebas complementarias como la eco-endoscopia o la colangio –resonancia nos permitirán tener el diagnóstico preciso de localización de la litiasis biliar (piedras), tamaño, y características de las vías biliares, páncreas, hígado. Esto nos permitiría marcar la estrategia a seguir en caso de cirugía.
Las condiciones físicas, edad, etc..del paciente; la forma de realizar la cirugía, abierta o por laparoscopia; la localización de las piedras, indicarán si se ha de operar al paciente y cuando. Así como la estrategia a seguir por el cirujano.
Si la cirugía se realiza por laparoscopia y las piedras están localizadas en la vesícula, ante el diagnostico de colelitiasis, la oferta ha de ser la colecistectomía laparoscópica. Pues son mayores y peligrosos los riesgos de tener piedras en la vesícula que los de la propia cirugía laparoscópica.
Es obvio que se debe elegir siempre un equipo con experiencia en cirugía laparoscópica.
Problema distinto es cuando las piedras afectan al colédoco o al páncreas.
Aquí las opciones de tratamiento son muchas y variadas, y han de ser evaluadas en cada caso concreto y de forma individualizada. El TAC, la colangio-resonancia, eco-endoscopia y CPRE son procedimientos diagnósticos y terapéuticos que se han de tener en cuenta en cada caso concreto, antes de indicar la cirugía y qué tipo de cirugía ha de realizarse.
La indicación de una o varias de estas pruebas con la laparoscopia, es la práctica que nosotros realizamos sistemáticamente.
En conclusión:
Ante una colelitiasis simple la opción de colecistectomía laparoscópica ha de ser la primera elección. Ante una coledocolitiasis se han de valorar las diferentes posibilidades existentes, especialmente la CPRE asociada a colecistectomía laparoscópica.
Ante una pancreatitis biliar, se ha de valorar la gravedad del páncreas antes de indicar la cirugía.
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