Son muchas las preguntas que recibimos en nuestro Centro Laparoscópico sobre tal o cual tratamiento para las piedras y barro (arenilla) que aparecen en la vesícula biliar; algunas tan peregrinas y disparatadas que solo pueden proceder de internet que lo soporta todo.
Para dar respuesta a estas preguntas, hemos de explicar sucintamente la anatomía de la vesícula biliar, su función y fisiología, que queda bien representada en este dibujo anatómico.
La bilis necesaria para la absorción de las grasas se forma en el hígado y es excretada por los conductos biliares (hepáticos derecho e izquierdo), que se unen formando un conducto único (hepático común) al que la vesícula está unida formando un remanente, bolsa o lago donde se almacena la bilis para ser enviada a través del colédoco (que se une al conducto del páncreas) al duodeno donde están los alimentos y grasas que absorbe nuestro organismo, para nutrirse.
¿Por que se forman las piedras, arenilla o barro biliar?
La bilis, responsable de que se formen las piedras, está en un equilibrio estable entre sus tres componentes o elementos: fosfolípidos, sales biliares y colesterol. Cuando este equilibrio se rompe por aumento o disminución de algunos de sus elementos, la bilis se espesa formando barro biliar que posteriormente se transforma en piedras (litiasis biliar).
¿Cómo se diagnostican las piedras en la vesícula?
Por la clínica: la persona que padece de enfermedad vesicular presenta intolerancia a las grasas, fritos, nata, chocolate, etc…
Cuando las piedras están formadas, al intentar salir de la vesícula biliar producen dolor intenso de inicio brusco en boca del estómago (epigastrio), costado derecho (hipocondrio derecho) y espalda entre las paletillas (escápulas). Un dolor pasajero que cede con calmantes (Buscapina). En los casos más graves el paciente se pone amarillo (ictericia)
Mediante pruebas diagnósticas: Realizando una ecografía del hígado, vesícula y conductos biliares, que nos informará de cómo está la vesícula biliar (inflamada o no) y si hay piedras o arenilla en la vesícula o en los conductos biliares. Cuando se diagnostican piedras en el conducto biliar la situación es más grave, sobre todo si el paciente está amarillo (ictericia) o presenta pancreatitis. En ocasiones puede ser necesario realizar un TAC y/o una Colangio resonancia.
Analítica: Nos determina el grado de inflamación de la vesícula y si está afectado el páncreas (pancreatitis) y su gravedad.
¿De qué tratamientos disponemos para tratar las piedras en la vesícula?
Disolución de las piedras mediante medicamentos o remedios naturales.
Si miran el Curriculum del Dr. Carlos Ballesta López podrán comprobar que los medicamentos que se dan hoy para disolver las piedras, él los estudió hace treinta años demostrando que son útiles para hacer la bilis más fluida (bilis espesa y arenilla) pudiendo incluso desparecer; pero cuando se dejan de tomar aparece otra vez el barro biliar y litiasis; lo que indica que la vesícula está enferma de forma irreversible. El más conocido de estos medicamentos es el ácido ursodesoxicolico con sus distintos nombres comerciales.
Romper las piedras de la vesícula (Litotricia)
Este procedimiento que se realiza mediante descargas de ondas de choque sobre las piedras, rompiéndolas para que luego sean eliminadas por el conducto biliar y que se han utilizado con éxito en las piedras del riñón, en las piedras de la vesícula está contraindicado, pues cuando se hicieron los primeros estudios con este procedimiento, se comprobó que producía pancreatitis grave, incluso mortalidad. Por lo que está totalmente descartado en las piedras en la vesícula.
Cirugía: La cirugía desde la estandarización de la laparoscopia, es el procedimiento de elección. Un equipo experimentado en este tipo de cirugía, la realiza con la máxima seguridad a través de tres o cuatro orificios de 5 mm y 10 mm permaneciendo el paciente ingresado en el hospital 24 horas, pudiendo reincorporarse de inmediato a su actividad laboral y social.
La utilización de los equipos de rayos infrarrojos.
Los equipos y hospitales que disponen de ellos, nos permiten a la vez que operamos la vesícula, estudiar los conductos biliares mediante colorantes especiales, lo que aporta aún más seguridad al procedimiento.
Comentarios recientes