25 noviembre, 2011 Colon, recto y ano2

El recto es una de las localizaciones más frecuentes del Cáncer Colo-rectal. Su situación anatómica en la pelvis, conectando el Colon con el ano, le aporta unas características especiales que el paciente que lo padece, ha de conocer.

Constituye los últimos veinte centímetros del tubo digestivo, al extirpar (quitar) el tumor debe intentarse preservar el ano. De no hacerlo, se condena al paciente a llevar una bolsa el resto de su vida.

Aún primando los criterios de radicalidad quirúrgica (curación del tumor) se ha de intentar realizarla con una gran habilidad quirúrgica para no tener que dejar bolsa definitiva. Son muchos los pacientes que han solicitado visita en nuestro centro angustiados por que les habían indicado que tenían que dejarles una colostomía (bolsa) de por vida, y a los que pudimos evitarles la bolsa tras la cirugía.

La pelvis estrecha en el caso de los hombres, es un motivo de dificultad técnica (para la operación) que exige un cirujano experto para evitar la bolsa definitiva.

La aplicación o realización de estas operaciones por laparoscopia, por equipos expertos, aporta seguridad y precisión a la cirugía, mejorando los resultados y reduciendo las complicaciones.

La necesidad de tratamiento complementario, como la quimio



Me consultan un caso que por ser poco frecuente, tiene un interés especial para médicos y pacientes.

Se trata de una mujer joven que se intervino de cáncer de recto con ileostomía de protección; que presentó una dehiscencia controlada, con tratamiento médico, manteniendo la anastomosis colo-rectal. Finalizada la radioterapia, en el control que se realiza, presenta estenosis rectal “con mucosa dañada”.

La paciente se encuentra afectada psicológicamente por la ileostomía y quiere cerrársela y recuperar su calidad de vida. Tras consultar a diferentes cirujanos, unos le han desaconsejado el cierre, otros se lo aconsejan. Incluso alguno le ha propuesto una anorectoplastia sagital. La pregunta es: ¿qué hacer?¿ se debe cerrar la ileostomía?

En mi opinión, descartado el progreso de la enfermedad, se deben aclarar varios puntos.

El enema opaco es útil para valorar el trayecto fistuloso (tamaño y profundidad) residual de la primera intervención. No es valorable para estudio de la mucosa, ni para la funcionalidad del recto-colon residual. La recto-colonoscopia nos permitirá ver el estado de la mucosa, la distensibilidad del colon y el grado de afectación de la radioterapia; incluso ver el orificio de la fístula; lo que complementa la imagen del enema opaco. En función de estas