CIRROSIS Y SÍNDROME METABÓLICO

13 julio, 2015 0

El concepto general de cirrosis hepática, está ligado a hepatitis o alcohol principalmente (según la cultura popular). Independientemente de que estas etiologías son la causa más común de la enfermedad, existen otros grupos etiológicos que se ha de tener en cuenta a la hora de etiquetar la cirrosis y sus consecuencias.

El objetivo de este post es mostrar lo que ocurre en el abdomen después de una cirrosis y alertar del abuso de medicación.

Recientemente, hemos asistido a una paciente diagnosticada de cirrosis biliar primaria, asociada a síndrome metabólico (diabetes, hipertensión, triglicéridos, colesterol, etc…) lo que obligaba a tomar desde hace años, ingentes cantidades de medicación.

Tras el estudio inicial, se puso en duda el diagnóstico de cirrosis biliar primaria que traía la paciente y se le informó de la necesidad de realizar biopsia hepática para filiar la cirrosis previa a su tratamiento.

En la intervención, cuyo vídeo mostramos, se comprobó una cirrosis macro nodular con una hipertensión portal y circulación colateral importante (ver vídeo)

La biopsia descarta cirrosis biliar primaria y orienta a una cirrosis (con componente biliar) producida por la medicación que la paciente toma desde hace años, para controlar el síndrome metabólico.

¿Cuál es el futuro de esta paciente?

La indicación ideal es realizar un trasplante hepático. Solucionaría el problema y mejoraría la hipertensión portal.

¿Se ha de realizar cirugía metabólica?

Aunque muchas veces hemos descrito las ventajas para el paciente y los excelentes resultados de esta operación, en el caso que nos ocupa, aunque tras la cirugía dejaría toda la medicación qué ha causado el daño en el hígado; este ya está hecho y la cirrosis establecida.

¿La hipertensión portal contraindica la cirugía metabólica?

En principio y conociendo bien las vías de “escape sanguíneo” de la hipertensión portal, no la contraindica, pero si exige una cirugía cuidadosa, anatómica y precisa para no tener hemorragias durante la intervención y no agravar la situación de la enfermedad.

EN CONCLUSIÓN: Primero se debe realizar un trasplante hepático y después, tras la recuperación de esta cirugía, realizar la cirugía metabólica.