Una hernia inguinal es la salida  de un órgano del saco peritoneal, (revestimiento de la cavidad abdominal ) a través de uno de los agujeros u orificios naturales de la región inguinal o de la pared inguinal debilitada que la contiene.  Afecta con mayor frecuencia a hombres que a mujeres.

El único tratamiento curativo para las hernias inguinales es la cirugía, y se puede realizar mediante cirugía abierta o por laparoscopia.

¿Que es la hernia recidivada?

El término se utiliza para describir a la hernia que aparece nuevamente después de haber sido operada.

¿Cual es el tratamiento de la hernia inguinal recidivada?

La Cirugía  Laparoscópica es la técnica quirúrgica recomendada para el tratamiento de la recidiva, cuando el equipo que la realiza tiene experiencia en este procedimiento. Consiste en abordar la hernia  utilizando la magnificación óptica de la vídeo cirugía y de los instrumentos especialmente finos, para reducir  por tracción  la hernia,  desde su origen, facilitando así la colocación de una amplia malla de refuerzo, la que se fijará de diferentes formas. Esta malla cubrirá definitivamente toda la zona de los orificios y pared debilitada por donde se originan las hernias de la región inguinal.

Existen dos métodos laparoscópicos para el tratamiento: Transabdominal preperitoneal, entrando dentro del abdomen (TAPP) y la Totalmente extraperitoneal (TEP).

Este último es el que preferimos, sin embargo requiere de mayor experiencia en la ejecución de hernioplastias por laparoscopia para vencer la curva de aprendizaje y lograr su ejecución exitosa.

Ventajas del tratamiento laparoscópico

La laparoscopia proporciona un abordaje mas anatómico de la zona operada, al acceder a la misma desde su origen, sin necesidad de tocar ni utilizar el tejido cicatrizal dañado en la primera intervención, además de ello el paciente tendrá menor dolor post operatorio, y  podrá tener una  movilización rápida con incorporación a la vida normal ( 2 semanas).



síntomas hernia de hiato

Una de las consultas más habituales en nuestro centro médico es la relativa a los síntomas de hernia de hiato.

A menudo acuden a nuestra consulta pacientes que sufren de reflujo. Y es que el síntoma de reflujo (subida de la comida o ácido hacia la boca) es identificado como uno de los síntomas típicos de la hernia de hiato o estómago.

Esta facilidad para que el contenido del estómago suba al esófago, es la causa de que cuando el estómago está vacío, los ácidos suban al esófago produciendo ardor, quemazón y dolor, que mejora si tomamos leche o anti ácidos.

Estos síntomas se acentúan cuando nos agachamos, después de haber comido, nos tumbamos o nos ponemos algo que aprieta el abdomen: faja, cinturón, etc…

El síntoma de reflujo es uno de los síntomas típicos de la hernia de hiato o estómago.

A veces el reflujo es tan fuerte que obliga a dormir semi incorporado, o incluso sentado, no pudiendo acostarse recién comido.

Todos estos se consideran síntomas típicos de la hernia de hiato o estómago, pero hay otros muchos síntomas de hernia de hiato que la persona puede presentar y que no los asocia con la hernia y el reflujo.

Entre ellos tenemos:

  • La disfonía o facilidad para quedarse afónico con frecuencia y especialmente por las mañanas.
  • La pérdida del esmalte dental.
  • El sabor amargo al levantarnos por la mañana.
  • La tos nocturna continua y superficial. Incluso la bronquitis asmática.

Estos síntomas de la hernia de hiato se producen porque el ácido sube hasta la boca al estar tumbado durante la noche, irritando e inflamando las cuerdas vocales; incluso pasando al pulmón, motivo por el que la persona tose, para con la tos, expulsar el ácido que ha llegado a los pulmones.

A veces, el otorrino no encuentra la causa de la disfonía o afonía (pérdida de voz) viendo solo las cuerdas vocales inflamadas.

O el médico diagnostica de bronquitis asmática al paciente por la radiografía de tórax, sin pensar en la hernia de estómago.

Ante alguno de los síntomas anteriores, es obligado hacer una esófago-gastroscopia para ver si la persona tiene inflamación del esófago y/o hernia de estómago.

En muchas ocasiones todo es normal, por lo que en estos casos es obligado medir el ácido que sube al esófago durante 24 horas (PHmetría), ya que esta prueba puede confirmar el diagnóstico de reflujo clínico patológico; imprescindible para el diagnostico de los casos atípicos.

Una vez confirmada la hernia de hiato, el mejor tratamiento es la cirugía antirreflujo.


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3 octubre, 2016 bypass gástricoHernias0

Qué es una hernia, cómo se diagnostica y cuál es su tratamiento. Se define una hernia como la salida del contenido del abdomen a través de la pared abdominal. Este contenido pueden ser vísceras o grasas (epiplon). Las hernias más comunes son las hernias inguinales, pero existen diversos tipos de hernia. Las hernias pueden ser de dos tipos: Hernias Primarias: salen por orificios naturales: ingle, ombligo, etc. Hernias Secundarias: se manifiestan a través de cicatrices de operaciones previas. Las hernias primarias tienen su causa en una debilidad de los músculos del abdomen, secundarios a la anatomía defectuosa; aumento de la presión abdominal (obesidad, embarazo, etc..) o la edad, en la que se pierde músculo y la fuerza de estos, lo que hace más débiles los orificios naturales que se reflejan en el esquema. Las hernias secundarias a cirugías previas son causadas por infección de la herida, debilidad de la pared abdominal o ambas cosas; siendo conocidas también con el nombre de eventración; pues cuando la hernia es grande el bulto puede alcanzar el tamaño de un balón de fútbol, pareciendo que por ahí va a salir todo el contenido del vientre (cavidad abdominal); de ahí el nombre de eventración.


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23 mayo, 2016 Hernias2

A menudo escuchamos en nuestro entorno a personas con ardor, acidez y quemazón, los principales síntomas del Reflujo Gástrico-Esofágico, el cual suele ser, además una de las principales molestias que nos llevan a consultar a un médico especialista, pues algunos de estos síntomas dificultan mucho realizar una vida normal.

Ya comentamos con anterioridad aquí por qué se produce el Reflujo Gastrico-Esofágico Patológico, y qué tratamiento tiene.


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La enfermedad del reflujo y la hernia de hiato, la padecen siete de cada cien personas en Europa.

Los síntomas de la hernia de hiato son: dolor, regurgitación de alimentos, incluso tos nocturna y faringitis, son bien conocidos por los que la padecen.

Desde la llegada de la cirugía laparoscópica, la operación se realiza por esta técnica. En nuestro caso desde 1992, siendo centenares las operaciones realizadas y hemos contribuido a popularizar este procedimiento.

Los métodos de diagnóstico, hoy en día están estandarizados, y el principal de ellos es la esófago-gastroscopia.

La cirugía, antes abierta, ahora por laparoscopia; también está estandarizada. La técnica que se viene realizando desde hace más de cincuenta años y que conocen todos los cirujanos, dando una tasa de curación que supera el 78%

¿Qué hacer con ese 22% que tras la cirugía no queda bien y en muchos casos se agrava su sintomatología añadiéndose la disfagia (dificultad para tragar) o el Esófago de Barrett?

Estos casos ya no son tan simples y si queremos curarlos exigen dos parámetros:

-Un cirujano con amplia experiencia en esta cirugía, especialmente en reoperaciones.

-Un equipo que pueda estudiar con precisión la causa del fracaso de la operación anterior, para marcar la estrategia y los pasos a seguir antes y después de la cirugía.

El éxito o el fracaso de esta segunda operación depende tanto de un estudio previo bien hecho como de la experiencia y capacidad técnica del cirujano.

Hemos escrito en post anteriores sobre la necesidad e importancia de las pruebas a realizar antes de la cirugía: motilidad esofágica, cantidad y características del reflujo, etc…

Estas pruebas son las que bien interpretadas, nos indican que operación hay que realizar y como, para que esta vez no fracase.

A pesar de ello, cada día son más los enfermos que nos consultan por el fracaso de su operación anterior con las siguientes dudas:

-Estoy operado y me encuentro peor que antes de la operación, ¿Puedo intervenirme de nuevo?

-Me operaron por cirugía abierta ¿Puedo operarme ahora por laparoscopia?

La respuesta es la misma:

-Sí, se puede reoperar un paciente qué ha quedado mal en la primera intervención.

-Sí, se puede reoperar por laparoscopia un paciente ya operado antes por cirugía abierta.

Más información sobre las reoperaciones en cirugía del reflujo y hernia de hiato, aquí.

Pero en ambos casos hay que contar con un equipo quirúrgico con amplia experiencia y muy conocedor del tema.